Sin tierra

Nací en la cuna de lxs intelectuales picaos a chetos siendo de una comuna de viejos. No sé que paso en ese momento, luego me cambie tantas veces de ciudad que ya no supe a donde pertenezco, la humedad me atravezó el cuerpo pero los ojos aun más, siempre ando con la punta de los pies fría, recuerdo algunas historias que me contaron de mi bisabuela en illapel, de mi abuelo en collipulli, todos repartidos a lo largo de un territorio con forma de ají, donde, fuera y dentro de estas paredes llamadas montañas y ese infinito llamado mar me siento igual de perdidx.

Vaya donde vaya mis manos van a ansiar el fuego, porque no es el lugar lo que me duele, es el centro, la indiferencia y el poder. Pensar el sur, y el norte grande arido me hace sentir igual de pequeñx, pensar en colectivo me alegra el alma, de que tan solx dentro de este contenedor de basura no estoy, de que puedo incendiar el mundo y no es solx.

Después de este deambular constante que me atrapa, se que a ti también te he desilusionado, que esperabas que me quede.